Durante la composición del tema, Ben E. King no tenía intención de grabarla, tal y como declaró en una entrevista para el documental Historia del Rock ‘n’ Roll. King había escrito el tema para The Drifters, cuyo mánager decidió no grabarla.
Fue incluida en su tercer álbum en solitario, Don’t Play That Song!, publicado por Atlantic Records en 1962 y sería su segundo éxito en solitario, tras «Spanish Harlem» (1961).
Mike Stoller lo recuerda así: «Recuerdo que llegué a la oficina, y Jerry y Ben estaban trabajando en la letra de una nueva canción. Ben tenía el inicio de una melodía. La terminó y perfeccionó, trabajó en las armonías y le añadió un bajo que se convirtió en la firma de la canción».
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